Vulcanologia y Sisnologia
El Salvador se encuentra en el cinturón de Fuego del Pacífico, y su territorio volcánico es muy activo.85 De hecho, el 90% de su suelo es conformado por materiales volcánicos. El número de volcanes individuales es de veintitrés, aunque solo cuatro de ellos (Santa Ana, San Salvador, San Miguel e Izalco) han tenido actividad continuada. Por otra parte, la erupción del volcán de Ilopango en el año 260 d.C., ha sido una de las más grandes de la región centroamericana.
Por las características geotectónicas y morfológicas, los volcanes se dividen en dos grupos: los volcanes antiguos del Terciario (de más de dos millones de años), y los volcanes jóvenes del Cuaternario (menos de dos millones de años). Al primer grupo pertenecen volcanes como el de Siguatepeque y Cacahuatique, y se considera que tienen remotas posibilidades de entrar en erupción; por su parte, los volcanes del Cuaternario presentan los tipos de estrato volcanes altos, depresiones volcano-tectónicas, cráteres de explosión, cráteres por hundimiento o conos de escorias. Ejemplos de ellos son: Santa Ana, Izalco, San Salvador, San Vicente, San Miguel, Tecapa y Conchagua, entre otros.
El Salvador, por su cadena volcánica y su ubicación en un sistema de fallas geológicas y el proceso de subducción entre las placas tectónicas de Cocos y el Caribe, se encuentra en una región de alto índice de actividad sísmica. Un total de 55 terremotos han ocurrido entre 1573 y 2001, y se estima que un 70% del territorio puede verse afectado por la ocurrencia de un evento de esta naturaleza. El número de víctimas desde los años 1980 se ha incrementado, situación que se adjudica a la presión demográfica, los tipos de construcción de las viviendas y edicicios, y la profundidad y distancia del epicentro a las zonas pobladas.